La horca preparada por Amán
Todos los que estudiaron la Biblia o asistieron a la escuela dominical cuando eran niños conocen la historia de Ester, quien se convirtió en reina después de ganar un “concurso de belleza”. Y cuando Amán tramó un plan para acabar con el pueblo de Israel, la reina Ester finalmente pudo entender por qué Dios la había hecho reina: para librar a su pueblo de la muerte. Y esta historia, toda ella registrada en el libro de Ester, tiene varias particularidades, y hoy elegí una de ellas para traer en esta reflexión: la horca preparada por Amán.
Si conoces o estudias la historia de este libro, verás que todo gira en torno a Amán y su enemigo directo, Mardoqueo. Todo comienza porque Mardoqueo, que era judío, se negó a inclinarse ante Amán. Luego, Amán trama un plan, no solo para matar a Mardoqueo, sino también para aniquilar a todo el pueblo de Israel. Y para Mardoqueo, Amán preparó una horca “especial”, ya que quería presenciar y disfrutar de su muerte. Amán ignoraba, sin embargo, el hecho de que la reina Ester también era judía, además de ser prima de Mardoqueo, quien la había criado. Y Amán termina colgado en la misma horca que preparó para Mardoqueo.
Al releer esta historia, recuerdo que no debo temer las trampas de mis enemigos, porque ellos mismos caerán en ellas. Por tanto, si tus enemigos te preparan hoy una horca, no temas. Más bien, mantienen tus ojos en Dios y sus promesas, porque ellos mismos caerán en la trampa que te han preparado.
Oración: Señor, no quiero temer las trampas de mis enemigos, porque aprendo de tu palabra, que ellos mismos caerán en ellas. ¡Amén!
Versículo base: “Así colgaron a Amán en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se apaciguó la ira del rey.” (NVI) Ester 7:10