“Ni siquiera te equivocas”
“Ni siquiera te equivocas” ! Esta es una frase que usan los científicos cuando alguien dice algo que no tiene ningún sentido. Es decir, esta frase es usada cuando se dice algo tan absurdo, que ni siquiera puede estar mal y simplemente no tiene sentido alguno.
Así que me puse a pensar en cuántas veces “ni siquiera me equivoco“. Y recordé que algunas veces, pienso o hablo absurdos que no tienen sentido. Voy a enumerar aquí 3 absurdos que suelen visitar mis pensamientos y quizás también los tuyos.
Absurdo 1 – “Dios no me ama o no se preocupa por mí” – Bueno, toda la palabra de Dios se basa en su amor por nosotros. Desde la creación hasta el plan de salvación, donde el “Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros” (Juan 1:14) y murió para que tengamos vida eterna (Juan 3:16). Por lo tanto, cuestionar el amor de Dios es absurdo.
Absurdo 2 – “No oro porque no soy digno” – Es cierto, no eres digno, pero la gran verdad es que nadie lo es. “Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Si algún ser humano espera ser digno de estar en la presencia de Dios para orar, no habrá más oraciones en este mundo. Yo oro, aunque sé que no soy digno, porque entiendo que “Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el peor“. 1 Timoteo 1:15. No orar porque no eres digno es absurdo.
Absurdo 3 – “No hay promesas de Dios para mi vida” – Este tercer absurdo, en mi caso, es el más frecuente en mis pensamientos. De hecho, durante muchos años realmente creí que no tenía promesas de Dios para mi vida. Sin embargo, en la Biblia hay 3573 promesas registradas. Y si estudias profundamente la palabra de Dios, verás que su especialidad es cumplir promesas. Las promesas de Dios están ahí, solo necesitas aferrarte a ellas y creer. Por lo tanto, pensar que no hay promesas de Dios para tu vida es absurdo.
¿Cuál de estos absurdos ha frecuentado tus pensamientos? ¿Por qué no renunciar a cada uno de ellos ahora en oración?
Oración: Señor, reconozco que estos absurdos han estado visitando mis pensamientos. Mi deseo, sin embargo, es creer en tu palabra y eliminarlos de mis pensamientos. ¡Amén!
Versículo base: Señor, tú me examinas, tú me conoces. Sabes cuándo me siento y cuándo me levanto; aun a la distancia me lees el pensamiento. (NVI) Salmos 139:1-2