Cuando alguien muere

Dos rosas blancas sobre un ataúd. Eclesiastés 7: 4

¡No queremos la muerte y generalmente intentamos no pensar demasiado en ella! Es algo que vemos distante y que genera muchas dudas e incertidumbres. Pero siempre pasa algo cuando alguien muere. Porque recordamos que también moriremos.

En Eclesiastés, capítulo 7, Salomón, el hombre más sabio que jamás haya vivido, habla de eso. Él dice: “Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente. El sabio tiene presente la muerte; el necio sólo piensa en la diversión.” (Versículos 2 y 4).

Salomón trata de enseñarnos que la muerte debe ser tomada en serio. ¡No es un juego! No sabemos el día y la hora. Estamos listos? Tenga en cuenta que Salomón no dice que está mal divertirse o ir a una casa donde hay alegría. Simplemente dice que “vale más”, es decir, que es mejor ir a una casa donde hay luto. Porque el dolor nos ayuda a recordar que nuestro tiempo también llegará, y debemos estar preparados.

Oración: Señor, te doy mi vida y mi corazón. Mi deseo es vivir de acuerdo a tu voluntad para que el día de mi muerte pueda encontrarte en la eternidad. Amén!

Versículo base: “Vale más el buen nombre que el buen perfume. que el día en que se nace. Vale más ir a un funeral que a un festival. Pues la muerte es el fin de todo hombre, y los que viven debieran tenerlo presente. Vale más llorar que reír; pues entristece el rostro, pero le hace bien al corazón. El sabio tiene presente la muerte; el necio sólo piensa en la diversión.” (NVI) Eclesiastés 7: 1-4

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