Tenemos ante el Padre a un abogado
Una serie de Netflix llamada “For Life” retrata la vida de un hombre que fue sentenciado injustamente a prisión por un crimen que no cometió. Esta serie está basada en la vida real de Isaac Wright Jr, y en la serie, el personaje lleva el nombre de Aaron Wallace. Isaac Wright Jr., era un emprendedor de 29 años, casado y padre de una hija, que fue acusado falsamente de ser el “cerebro” de una de las redes de tráfico de drogas más grandes de Nueva York y Nueva Jersey en 1991. Al no aceptar un acuerdo con la justicia, fue condenado a cadena perpetua. Una vez en prisión, el Sr. Wright estudió derecho y se graduó. Después de defender a 20 condenados en los tribunales, logró reabrir su caso y defenderse a si mismo en 1996. Finalmente, obtuvo su libertad, con la confesión de uno de los detectives responsables de la falsa acusación.
Afortunadamente, tú y yo ya tenemos un abogado, ante Dios. Nuestro abogado intercede por nosotros. “Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo”. 1 Juan 2: 1.
Sin embargo, tú y yo también debemos estudiar derecho. Como Isaac Wright Jr, necesitamos usar nuestro tiempo para estudiar su ley, su palabra, la Biblia. El hecho de que tengamos un abogado no nos autoriza a infringir la ley. Al contrario, nos obliga a conocerla y cumplirla. Él mismo dijo: “No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento”. Mateo 5:17.
Jesús vino a este mundo y cumplió la ley. Él también intercede por nosotros ante el Padre, no para que podamos romper constantemente la ley, sino para seguir formando nuestro carácter día a día. Porque “sabemos que lo conocemos, si obedecemos sus mandamientos“.
Oración: Señor, gracias por ser mi abogado. Mi deseo es conocer tu ley y cumplirla. ¡Amén!
Versículo base: Mis queridos hijos, les escribo estas cosas para que no pequen. Pero si alguno peca, tenemos ante el Padre a un intercesor, a Jesucristo, el Justo. Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo. ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. (NVI) 1 Juan 2:1-3