La verdadera batalla
La Biblia dice que nuestra lucha no es contra carne o sangre, sino contra principados y potestades. Este versículo nos enseña que hay un mundo espiritual que está muy por encima de este mundo físico en el que vivimos. Y que nuestra batalla debe estar allí en el mundo espiritual y no aquí en la tierra. Es decir, no es mi papel convencer a nadie del evangelio de Cristo. Esta pelea, la gano en la oración. El Espíritu Santo es quien convence. El hace todo el trabajo.
Max Lucado dijo: “Dios no te va prohibir la entrada! Tu oración persistente abrirá las puertas de Dios en favor de tus amigos”. Por lo tanto, mejor que discutir con una persona que no confía en Dios y su palabra, es doblar la rodilla y orar por ella. Es el Espíritu Santo quien hace el trabajo, no tú. Cuanto más intercedes, menor es el poder de los principados y potestades, y entonces empezarás a ver la acción del Espíritu Santo transformando vidas.
Oración: Señor, creo en tu palabra y creo en tu acción a través de la oración. Sé que no es mi papel convencer, pero sé que puedo orar y ser un ejemplo para los que no te conocen. Amén!
Versículo base: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este mundo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” (RVA) Efesios 6: 12