Sabemos lo que se debe hacer
Todos los días, soy responsable de la última salida de nuestra mascota “Luna” al parque. Y hay varias opciones de parques, cercanos a nuestro conjunto residencial. Cuando tengo un poco más de tiempo, damos un paseo más largo, yendo a 2 parques, separados por una calle. Pero no siempre es posible. Entonces, a veces necesitamos terminar el recorrido antes de cruzar la calle que conduce al segundo parque. Le digo “Luna, vamos a casa“, y camino en dirección hacia nuestro apartamento. Luna entonces se para, a veces incluso en medio de la calle, pensando qué hacer: seguirme hacia el apartamento o desobedecer mi orden y cruzar la calle hacia el segundo parque. Puedo imaginar su lucha mental, entre hacer lo que se debe hacer (seguirme) o hacer lo que le gustaría hacer (ir al segundo parque).
Estoy seguro de que ella siempre sabe cuál es la decisión correcta. Aunque su rebelión pueda hablar más fuerte a veces, en el fondo sabe cuál es la decisión más acertada. Y tú y yo también lo sabemos.
Es interesante ver cómo es el ser humano. Sabiendo lo que está bien, hacemos lo que está mal. La mayoría de las veces, nuestras faltas y pecados no se deben a la ignorancia. Son por elección. Elegimos hacer el mal, elegimos conscientemente el mal. Eso es lo que Pablo dijo en su carta a los Romanos: “Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago“. Luego agregó: “porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago”. eso.”
Y en el próximo capítulo, Pablo explica cómo ganar esta batalla: “y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios”. Romanos 8: 8. Como cristianos, debemos vencer nuestra carne y solo podemos hacer esto si alimentamos nuestro espíritu más y más a través de la oración y la lectura de la palabra todos los días.
Oración: Señor, sé lo que es correcto. Sé lo que tengo que hacer. Pero no lo hago porque me dejo ganar por la carne. Fortalece mi espíritu Señor, es mi oración. ¡Amén!
versículo base: Lo que hago, no lo entiendo, pues no hago lo que quiero, sino lo que detesto, eso hago. Y si lo que no quiero, esto hago, apruebo que la Ley es buena. De manera que ya no soy yo quien hace aquello, sino el pecado que está en mí. Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no habita el bien, porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo. No hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero, eso hago. (NVI) Romanos 7:15-19