El secreto es cuidar el jardín
Mario Quintana, en un poema escribió:
“El secreto no es perseguir a las mariposas …
Es cuidar el jardín para que vengan a ti”
Qué sabias palabras del poeta. Cuántas veces nos pasamos la vida persiguiendo mariposas, es decir, el cariño de las personas, el reconocimiento, los bienes materiales, el éxito, pero nos olvidamos de lo más importante, que es cuidarnos a nosotros mismos, el jardín, para que las mariposas puedan llegar a nosotros.
Mi esposa, Paola, tiene un programa en el que ayuda a las mujeres a equilibrar sus vidas personales y profesionales. Uno de los puntos principales con los que trabaja con estas mujeres es el cuidado de sí mismas. Es interesante ver cuánto nos descuidamos. La vida ajetreada, la prisa del día a día, las obligaciones, todo esto nos absorbe de tal manera que nos “olvidamos” hasta de dormir. Ya no dormimos lo suficiente para levantarnos con energía al día siguiente, no comemos adecuadamente y no hacemos ejercicio. Por tanto, no estamos cuidando el “jardín” y las “mariposas no vendrán”.
Por eso Jesús enseñó que para amar a nuestro prójimo, primero debemos amarnos a nosotros mismos: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”. Y muchos de nosotros estamos cuidando a los demás de la misma manera que nos cuidamos a nosotros mismos, es decir, cuidamos mal. Si no estoy cuidando a mí mismo, no estaré cuidando a mi prójimo.
“El secreto no es perseguir a las mariposas. Es cuidar el jardín para que vengan a ti”
Versículo base: Maestro, ¿cuál es el mandamiento más importante de la ley? –Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente’ –le respondió Jesús–. Éste es el primero y el más importante de los mandamientos. El segundo se parece a éste: Ama a tu prójimo como a ti mismo.’ De estos dos mandamientos dependen toda la ley y los profetas. (NVI) Mateo 22:36-40