No existe el cristianismo fácil

¡Mucho cuidado! Esto es lo que necesitamos tener con el cristianismo “fácil” que muchos están viviendo. El cristianismo fácil es cuando alguien se declara cristiano pero hace amplias concesiones al mundo. Se considera a sí mismo “de mente abierta”, mantiene el mismo estilo de vida que cualquiera en el mundo (nadie sabe que es cristiano), no lee la Biblia, no ora y va a la iglesia eventualmente, solo para ser visto (incluso por Dios).

Aunque no lee la Biblia, algunos textos los repite a menudo como versículos sobre no juzgar a los demás o el de “todo es lícito“. Defiende la libertad, el sexo fuera del matrimonio, la homosexualidad, compra o vende sin factura, evade el impuesto sobre la renta, es contrario al diezmo y siempre repite que no necesita ir a la iglesia para estar con Dios.

Sin embargo, cuando vamos a la luz de la palabra de Dios, lo que encontramos es un Cristo que habla claramente sobre el costo de ser cristiano: “Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga.” En primer lugar, está el hecho de que necesito negarme a mí mismo, negar mi propia vida y mis deseos de seguir a Cristo. Luego, Jesús explica que “el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará”. Guau !! Necesito negarme a mí mismo y también estar dispuesto a perder mi vida por el amor de Cristo. De verdad, seguir a Cristo tiene un precio muy alto.

No existe cristianismo fácil. Ser cristiano es ir en contra del mundo y sus enseñanzas. Es vivir en la locura (1 Corintios 1:27), ser odiado por el mundo (Mateo 24: 9), ser ridiculizado por otros (Salmo 22: 7) y ser perseguido (2 Timoteo 3:12).

Si nada de lo mencionado anteriormente nos ha pasado, ¿en qué tipo de cristianismo estamos viviendo?

Oración: Señor, quiero vivir el verdadero cristianismo, sabiendo que hay un precio que pagar y que no será un camino fácil. Amén !

Versículo base: Dirigiéndose a todos, declaró: –Si alguien quiere ser mi discípulo, que se niegue a sí mismo, lleve su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se destruye a sí mismo? (NVI) Lucas 9:23-25