De modo que nadie tiene excusa
Una broma con una “pizca” de humor negro cuenta que un hombre, condenado a muerte, estaba esperando su ejecución cuando recibió la visita de un sacerdote. El sacerdote entonces le habría dicho:
– “Hijo mío, vine a traerte una palabra de Dios“.
A lo que contestó el condenado:
– “No se preocupe, sacerdote. En unos minutos hablaré con Él en persona“.
Me gusta el buen humor de este condenado a muerte. Pero lo que dijo es muy cierto. Vamos a estar cara a cara con Dios en algún momento. Y todos nosotros, vamos a tener que dar cuenta de lo que hemos hecho en nuestra vida aquí en la tierra. Y la verdad es que no tenemos “excusa” por no haber vivido según sus enseñanzas. ¿Y por qué digo esto? Porque Dios nos dejó lo suficiente para que creamos:
- Nos dejó la Biblia: “Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia” 2 Timoteo 3:16
- Nos dejó el Espíritu Santo – “Y yo le pediré al Padre, y él les dará otro Consolador para que los acompañe siempre: el Espíritu de verdad”. Juan 14: 16-17
- La misma creación de Dios nos habla – “Las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó” Romanos 1: 20
- Nos envió predicadores: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura”. Marcos 4:15.
Todo ser humano tiene la oportunidad de ver y reconocer el poder de Dios. Sea en su palabra, sea por la voz del Espíritu Santo, sea por la creación de Dios o por la boca de un predicador. Por lo tanto, “nadie tiene excusa“, como se dice al final de Romanos 1:20.
Oración: Señor, te agradezco que hayas dejado muchas formas diferentes de manifestar tu poder y tus verdades. Y yo te elijo a ti. ¡Amén!
Versículo base: “Porque desde la creación del mundo las cualidades invisibles de Dios, es decir, su eterno poder y su naturaleza divina, se perciben claramente a través de lo que él creó, de modo que nadie tiene excusa.” (NVI) Romanos 1:20