Estar en paz es mejor que tener dinero
Hace unos años, quería vender un carro y lo dejé en un local para reventa. El auto fue vendido, pero el concesionario nunca me entregó el dinero. La dueña era una señora que durante varios días me dio una seria de excusas para no repasar el dinero y luego, “desapareció”. Aproximadamente 2 años después, el comprador de mi automóvil en este concesionario me localizó, solicitando la transferencia del vehículo a su nombre, presentándome todos los comprobantes de los 24 pagos realizados a esta señora. Hice el repase del auto, ya que este comprador pagó por el vehículo y no sería justo perjudicarlo. Sin embargo, quedo claro que durante 2 años esta señora recibió el pago del automóvil religiosamente, pero no se molestó en pasarme un solo peso. Sí, yo había sido robado.
Sin embargo, tomé la decisión de no preocuparme y no dejar que esto fuera algo importante para mi. Ni siquiera consideré presentar una demanda contra esta señora. Decidí entregar el carro y la situación en las manos de Dios.
Mi Dios es más grande que todo y nunca me dejo padecer necesidad. ¿Por qué buscaría yo la justicia de los hombres? Si Dios es por mí, ¿quién contra mí? La decisión de dejarlo en las manos de Dios simplemente me trajo paz y descanso. Esta es la paz que sobrepasa todo entendimiento. Y esta paz vale más que cualquier dinero.
Oración: Señor, siempre quiero tu paz, la paz que sobrepasa todo entendimiento. Tu paz vale más que el dinero! ¡El que tiene paz lo tiene todo! Amén.
Versículo base: “No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (NVI) Filipenses 4: 6-7