Ustedes son la luz del mundo
Somos luz. Literalmente hablando. Los científicos de la Universidad de Kyoto en Japón han descubierto que cada cuerpo humano es un emisor de luz. Sin embargo, la intensidad de la luz que emitimos es aproximadamente mil veces menor que el nivel más bajo capaz de ser captado por el ojo humano. Por tanto, a pesar de ser un emisor de luz, la luz emitida por el hombre no puede ser captada por el ojo humano.
Sin embargo, hay una manera de hacer brillar nuestra luz en este mundo: ¡viviendo la vida de Cristo! Podemos ser luz en este mundo en tinieblas, si caminamos en este mundo, tal como caminó Jesús. ¿Y cómo caminó Jesús en este mundo? Él caminó por nuestro planeta predicando el amor a los demás, el perdón, la salvación y dando ejemplo de servicio, en una vida de total sumisión a Dios.
Y finalmente, Él mismo, Jesucristo, nos dejó estas palabras: “Ustedes son la luz del mundo.” Y agregó que no debemos escondernos: “Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse”. ¡Entonces, somos llamados a destacarnos en este mundo y brillar alto, para que todos puedan ver!
Oración: Señor, quiero ser la luz de este mundo, siguiendo la vida y el ejemplo de Cristo. ¡Amén!
Versículo base: Ustedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. (NVI) Mateo 5:14-16