El más grande enemigo de la familia

Una mujer con aspecto de orgullo, arrogancia y desprecio.

Puede que nunca lo hayas pensado de esa manera, pero el mayor enemigo de la familia es el orgullo. El orgullo nos impide reconocer nuestros defectos, perdonar y pedir perdón. El orgullo nos lleva a tratar al otro como inferior o incapaz y también nos impide pedir ayuda. Y finalmente, es el orgullo lo que nos lleva a pensar en abandonar una familia.

Es interesante pensar en cuánto queremos que nuestro cónyuge sea como nos gustaría que él fuera. También en lo que respecta a los niños, tenemos muchas expectativas que a menudo se ven frustradas. Sin embargo, rara vez pensamos en cómo deberíamos ser nosotros mismos. ¿Cómo podría ser un mejor esposo? ¿Cómo podría ser un mejor padre? ¿Qué necesito cambiar de mí mismo para que mi vida familiar sea mejor? Y el orgullo es lo que nos impulsa a no ver nuestras faltas, maximizando las del otro.

Finalmente, el orgullo no nos permite servir, pero nos hace querer ser servidos. Queremos tener el control de todas las situaciones y que los demás miembros de la familia, actúen como esperamos. El orgullo no nos permite ver que debemos servir antes de esperar que nos sirvan.

Mi deseo es que a partir de hoy, puedas ser más consciente del orgullo que existe en ti y en tu familia.

Oración: Señor, no quiero ser orgulloso. Quiero saber perdonar y pedir perdón, reconocer mis faltas y tener la humildad de servir y pedir ayuda. ¡Amén!

Versículo base: Vivan en armonía unos con otros. No sean orgullosos, sino pónganse al nivel de los humildes. No presuman de sabios. (DHH) Romanos 12:16

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